
La asafétida, a menudo apodada "estiércol del diablo", posee un aroma potente y penetrante que recuerda al ajo y la cebolla. Cuando se utiliza en perfumería, añade una profundidad única y terrosa a las composiciones, evocando una sensación de calidez y misterio, cimentando la fragancia con su audaz presencia.