Las notas amaderadas evocan la esencia de un bosque tranquilo, mezclando los aromas ricos y cálidos del cedro, el sándalo y el roble. Estas notas imparten profundidad y terrenalidad, aportando a las fragancias una sensación de refinamiento y elegancia atemporal, haciendo que cualquier mezcla resulte lujosa y acogedora.