El Jatamansi, también conocido como Nardo, se despliega con un aroma rico y terroso que recuerda a la tierra húmeda y a los bosques místicos. Sus notas calmantes, ligeramente picantes, evocan tranquilidad y arraigo, a menudo entrelazadas con toques florales dulces y matices herbáceos, creando una esencia profunda y meditativa.