Estoy revisitando Daim Blond de Serge Lutens, una fragancia que pensaba que no me interesaba. Es objetivamente "agradable", pero no resuena conmigo. Huelo las cosas que a la gente le encantan de él: el escurridizo olor a ante suave del bolsillo interior de un bolso caro, el fresco iris floral, el tazón de albaricoques tomando el sol de la tarde. Pero esas cosas están allí. Y yo estoy aquí. Y no conectamos. Es la mujer de carrera que se casó, tuvo hijos, tiene un puesto ejecutivo en algún lugar, y hace yoga caliente y clases de spinning. Así que no soy yo. Me hace pensar en esa foto de Maureen Prescott que se ve en la primera película de Scream. Parece una mujer arreglada. Pero más tarde descubres que tenía un pasado, complicado y tenso, y el catalizador de toda la franquicia. Hoy, cuando he olido un poco de cedro pensativo y violeta melancólica que no había detectado antes, he pensado en el dolor, el trauma y la tragedia de Maureen, y me he dado cuenta de que todos somos diferentes y de que la vida de nadie es como la imaginamos desde fuera. Es algo con lo que sentarse, y supongo que Daim Blond también lo es.
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Estoy revisitando Daim Blond de Serge Lutens, una fragancia que pensaba que no me interesaba. Es objetivamente "agradable", pero no resuena conmigo. Huelo las cosas que a la gente le encantan de él: el escurridizo olor a ante suave del bolsillo interior de un bolso caro, el fresco iris floral, el tazón de albaricoques tomando el sol de la tarde. Pero esas cosas están allí. Y yo estoy aquí. Y no conectamos. Es la mujer de carrera que se casó, tuvo hijos, tiene un puesto ejecutivo en algún lugar, y hace yoga caliente y clases de spinning. Así que no soy yo. Me hace pensar en esa foto de Maureen Prescott que se ve en la primera película de Scream. Parece una mujer arreglada. Pero más tarde descubres que tenía un pasado, complicado y tenso, y el catalizador de toda la franquicia. Hoy, cuando he olido un poco de cedro pensativo y violeta melancólica que no había detectado antes, he pensado en el dolor, el trauma y la tragedia de Maureen, y me he dado cuenta de que todos somos diferentes y de que la vida de nadie es como la imaginamos desde fuera. Es algo con lo que sentarse, y supongo que Daim Blond también lo es.