Bueno, he tardado en hacer la reseña de AMen y no puedo añadir nada que no se haya dicho ya, ¿verdad? Un zumo dulce, oriental y especiado que sin duda merece su estatus legendario como fragancia masculina clásica y moderna. Creo que su éxito se debe a su originalidad y al sello de calidad que caracteriza a toda la gama Mugler. Además, creo que cuando salió al mercado era muy diferente de las demás fragancias de diseñador disponibles en aquella época: acuáticas, cítricas frescas, deportivas, etc... Tuve un frasco a finales de los noventa y me gustó, pero nunca volví a comprarlo. Recientemente recibí un montón de frascos de muestra y éste estaba entre ellos... Lo llevo puesto hoy y me ha transportado de vuelta. Para ser sincera la mezcla de especias y caramelo es un poco enfermiza al principio, incluso para alguien tan goloso como yo. Se agria justo después del dulzor inicial y me da algo raro, no puedo decir que me entusiasme. Me gusta el final porque se suaviza pero solo un poco con notas de café y el pachulí le da una gran longevidad pero también puede ser lo que lo hace un poco duro para mi. Mi conclusión es que entiendo por qué la gente adora esta fragancia. Merece elogios por ser convencional pero también por ser muy interesante, desde el aspecto único del frasco hasta el uso valiente de las notas. Es el tipo de fragancia que me gustaría oler mucho más en otra persona... pensaría que es guay y que tiene buen gusto.

Un asalto a los sentidos con un hermoso dry down 12 horas después. La apertura es un choque horrible de notas discordantes, penetrantes y aleatorias que me hacen sentir triste. También es hiper-nuclear.