Commodity Gold es muy, muy simple y, sinceramente, no está a la altura de las connotaciones que uno podría imaginar de un nombre como "Gold". Imagina la vainilla ambarina más aburrida que puedas imaginar, ahora hazla diez veces más aburrida: te quedará esto. No es excesivamente dulce ni cálido, no es un aroma pesado en absoluto. Tiene una frescura sutil que hace que sea muy fácil de llevar, pero demasiado fácil si me preguntas. No huele mal, en absoluto, simplemente es poco inspirador y soso. Entiendo perfectamente que la simplicidad es un tema recurrente en esta marca, lo cual está bien. Sin embargo, la simplicidad no tiene por qué sacrificar la profundidad o la complejidad - Oud Vanille de Cartier es un ejemplo perfecto de cómo perfeccionar un perfil olfativo aparentemente simple. En general no me ha impresionado nada.