No creo que Tommy reciba todo el amor que merece, aunque probablemente soy bastante parcial. Fue la primera fragancia que me compré, a la madura edad de 17 años, en un duty free de Grecia. En la cima de mi adolescencia, pensé que olía como el regalo de Dios a la tierra en ese momento - estaba obsesionado con ella desde el primer día. La usé exclusivamente durante un año, antes de querer explorar otras fragancias, hasta que la volví a comprar hace un par de meses para recordarla, 6 años después. Es una fragancia limpia, jabonosa, fresca y especiada con deliciosas facetas afrutadas. Tiene un elemento de ese típico ADN de gel de ducha que ha sido tan popular en las fragancias masculinas de los 90, pero tiene algo insustituible que es tan adictivo como Alberto Morillas consigue hacer a menudo. El pomelo jugoso y cítrico y la bergamota llenan la escena junto a una manzana verde recién recolectada; emparejados con el borde aromático de la lavanda y la menta verde. Huele muy juvenil y adolescente, como un adolescente limpio y deportivo. No tengo palabras para describir lo mucho que me gusta esta fragancia. Como ya he dicho, probablemente sea parcial porque este frasco está lleno de nostalgia y de algunos de los recuerdos más felices de mi vida, una época que anhelo volver a vivir. Puedo entender que a alguien que no tenga relación con esta fragancia le parezca poco impresionante, pero siempre ocupará un lugar especial en mi corazón.