¡Vaya! Pensé que amaba Venenum Kiss por una razón y resulta que en realidad lo amo por otra. Cuando lo probé en la tienda, me encontré con lo que percibí como un kitsch bastante notable, un pastiche de una fragancia esponjosa y rosa, reflejado por el color del perfume en sí. Sigue siendo este Cadillac rosa intenso de una fragancia con un acorde de rosa extremadamente afrutado y mermelada en la apertura, claramente respaldado por vainilla; es cristalino y casi demasiado empalagoso y difícil de soportar después de unos 30 minutos. No soy de etiquetar una fragancia como demasiado femenina por ser dulce y rosada, pero VK casi me ganó. Sin embargo, es cuando las notas de fondo de sándalo cremoso y dulce y vainilla, junto con un corazón de azafrán de cuero y opulento, toman el control que esta fragancia se transforma (y no incluso en el olor porque todo esto está presente desde el principio) con la rosa marchitándose y todo lo demás resonando, exudando calidad. Hay algo moderno en ello que me encanta, tiene una actitud casi de arte pop, en technicolor y sin vergüenza. Realmente me gusta, debo decir.