Casi un cedro de CDG arquetípico, mezclado con pino, incienso y pachulí. También entran en juego las notas de campo obligatorias del estilo de la casa, en forma de un toque gris y metálico, y algo que me recuerda a pintura brillante casi seca.

Si estás familiarizado con la gama de CDG, no hay muchas sorpresas aquí. Es bastante lineal, diseñado claramente para atraer a un público bastante convencional, pero eso no le quita mérito. Aparte de una apertura inusualmente fuerte, tiene la ligereza y el aire que asociarías con la marca, y aunque no revolucionará tu mundo, sigue siendo una fragancia atractiva y ligeramente desajustada. Adecuada para la mayoría de las ocasiones, excepto para el pico del verano.