Almizcle verde herbáceo, polvoriento y agridulce, onírico y estremecedor. Las penas de extrañas canciones de cuna canturreadas en suaves susurros, cuentos de hadas de árboles que florecen en la nieve, nacidos de los huesos. Una campana frágil, anhelante y brillante. Un rocío fugaz, una niebla pálida a la deriva en un prado, desvaneciéndose en un cielo vacío. Una elegía melancólica por el capricho de la infancia. Un poema de lecho de muerte al amanecer.