
La Flor de Pepino encarna una vivacidad verde y refrescante que recuerda a un jardín iluminado por el sol. Delicada y fresca, captura la esencia de los pétalos acariciados por el rocío, mezclándose con un toque de frescor acuoso. Esta nota añade una cualidad edificante y etérea, que evoca tranquilidad y renovación.