Aquí la clave es la discreción y el equilibrio. Estoy seguro de que hay muchas fragancias similares que no me gustarían por el uso excesivo de ciertos aspectos. Por ejemplo, un floral demasiado blanco, o demasiada cantidad de una especia concreta como el jengibre o el cardamomo, o que las notas cítricas parezcan baratas. Roadster Sport se abre con una magnífica combinación de cítricos y naranja. A continuación, un floral blanco muy marcado que, en este contexto atenuado, está perfectamente equilibrado y no resta nada a la fragancia. Se puede oler la naturaleza herbácea de la salvia y el pachulí no es sucio en absoluto, sino limpio y verde, con algunas maderas anodinas en la base para redondear un secado encantador. Me gusta mucho el olor de esta fragancia, está increíblemente bien conseguida y es una de las cosas con más clase de Cartier.